domingo, 10 de mayo de 2009

TU


Provienes desde la oscuridad misma. De la nada ha emergido mi fuego de mujer.
La existencia cálida lasciva y casi vibrante ante tus ojos exhaustos, me observas sin siquiera conocerme.

Tan sólo son mis contornos fértiles, los que dibujan en tu mente dátiles formas febriles, de un deseo de someterte a mi oscuridad.

Amarro mi pecho, cintura y sexo sinuoso de extraño servilismo que me otorgan el más plácido poder.

No sabía, de hecho aun hoy no estoy muy segura. Décadas de olvido me han sometido a la noche y como fruto prohibido emano de la nada, cubriéndote de mi fuego. Fragmentando mi dominio, mi poder compuesto. La verdad, creí tener las riendas bien sujetas pero en mis Aquiles se encontraba tu espera.